MARLA FREIRE SMITH

Artista Visual e Investigadora en Arte Contemporáneo

Déjà Vu – 2008

Exposición colectiva  “La sección Transversal”, Sala Espacio MenosUno, Madrid. Proyecto concursado y ganado, convocatoria internacional.

La muestra consiste en la intervención espacial “De ja vú” y el visionado de la pieza de videoperformance “Ora et Labora (en latín: reza y trabaja)” realizado ese mismo año, días antes.

Deja Vù corresponde a una intervención espacial, donde distintos elementos alusivos al erotismo femenino se conjugan para crear una situación de interrelación con el espectador, tensionados por cómo ha sido contada la historia universal. Esta obra retoma un trabajo comenzado en el año 2003, con cabello humano, a través de la exposición de un vestido fabricado en este material, expuesto junto a los zapatos de tacón fabricados en papel maché.

Esta propuesta nace de la necesidad de poner de manifiesto que la historia ha sido contada y escrita desde un lenguaje que omite a las mujeres, comenzando de esta forma a escribirse sobre los cuerpos la idea de lo femenino y lo masculino (según el sexo) elaborándose simultáneamente una ritualidad sacrificial que separa naturaleza de cultura.

Uno de los fundamentos que dan origen a esta obra, está en la asociación judeo-cristiana, principalmente en el mito bíblico de Adán y Eva, al reconocerla como la segunda mujer y rescatando a la casi desconocida Lilith,  creada en rigor bajo el mismo estatus ontológico que él, con la cual  (según el mito bíblico) se origina el primer conflicto en la historia en torno a la relación de poder. Es importante recordar aquí los innumerables mitos que existen alrededor del cuerpo femenino para explicarnos el castigo que se ha impuesto a la mujer por causa de alguna conducta considerada inapropiada por nuestros primeros padres, ejemplo de ello son los Cubeo-Tukanos de Colombia, el pueblo Tukano de Yuruparí,  Munduruku de Brazil, de Tierra del Fuego: Yamana,  Yagan y  Selk`nam. Recordándonos nuevamente el mito Bíblico de Adán y Eva: ¿no fue acaso por la desobediencia e inquietud de una mujer por querer tener acceso al conocimiento que la humanidad entera fue castigada? Si nos detenemos, nos damos cuenta que precisamente esa “desobediencia” tiene que ver con querer acceder al sentido (el árbol prohibido es también el árbol del conocimiento) y con esto, entendemos que además se “castiga” a las mujeres por querer participar en la elaboración de símbolos, en el lenguaje mismo, en escribir la historia. Y la omisión, entre otras cosas, representa ese castigo.

Visualmente “Deja Vû ” corresponde a una intervención espacial que presenta distintos elementos, entre los cuales se encuentran 30 zapatos rojos de tacón (fabricados complemente en papel, pertenecientes a la obra Lilith, del año 2005) que se encuentran adosados a los muros simulando que se camina por ello, ante lo que se muestra como una trayectoria y haciendo con este hecho una clara alusión al trayecto que hemos seguido las mujeres a lo largo de la historia (graficado en este desafío a la gravedad). Compartiendo el muro como escenario, es que se disponen algunas hebras de cabellos humanos y algunos alfileres de colores sujetándolos. Allí también se encuentra un vestido tejido completamente con cabellos humanos, haciendo hincapié en la filiación y el concepto de magia (o brujería) impuesto en Latinoamérica, y por este hecho, poniendo de manifiesto también la historia. En algunos rincones del lugar se ubican  manzanas rojas clavadas con alfileres de colores, haciendo alusión al fruto del árbol bíblico que simbolizaba el conocimiento (está la fruta, pero no el árbol, simulando una suerte de presencia que se impone justamente por la ausencia del mismo).